No te pierdas esta nueva entrega de los consejos de Fran Cintado, Licenciado en Psicología, Monitor Nacional de Tenis y preparador psicológico de deportistas de alto rendimiento. En esta ocasión, en sus ‘Apuntes de Psicología Aplicada el Pádel’, nos hablará sobre una decisión que, antes o después deben tomar todos los practicantes de este maravilloso deporte.

Padel World Press .- Cuando comenzamos una práctica deportiva no tenemos como objetivo principal la competición sino, más bien, la adquisición de las capacidades, la técnica y las destrezas físicas para poder desenvolvernos con cierta ‘soltura’ cuando juguemos a esa disciplina.

Soñar con ganar un torneo del Circuito World Pádel Tour cuando apenas sabemos coger la pala sería ‘insensato’… Así que cuando nos introducimos en el pádel, lo solemos hacer para divertirnos y para ver cómo vamos progresando en nuestro juego, para pasar un rato entretenido con los amigos y amigas, para mantener nuestro cuerpo en forma, etc.

Sin embargo, todos llegamos al siguiente punto: “¿Me apunto o no me apunto al torneo?”. Según sea tu respuesta a esta pregunta, tu ‘cabeza’ iniciará un nuevo camino, un nuevo proyecto de jugador o jugadora que te llevará a competir de una forma u otra.

Me entreno para divertirme

Entrenarse para divertirse con la práctica del pádel sería el paso ‘deseable’ y natural en el desarrollo de un deporte. Si eliminamos su aspecto lúdico, el deporte se convertirá en una cuesta enorme y de muy difícil acceso. Perderemos la motivación para ir a los entrenamientos.

Es necesario divertirse, pasarlo bien en los entrenamientos de pádel, crear sesiones variadas y con juego real. Los carros ‘No Son Divertidos’. Hay que utilizar la pedagogía deportiva para que las clases sean divertidas, formativas y motivadoras.

Con estos requisitos, los alumnos y alumnas se entrenan, se lo pasan bien y repiten… No ven la competitividad como algo negativo sino como momentos para valorar lo que llevamos aprendido y mejorar en las siguientes sesiones de entrenamiento.

Me entreno para competir

Sin embargo, cuando pasamos ‘la barrera de lo meramente lúdico’» y nos planteamos la posibilidad de alcanzar unas metas federativas, un determinado ranking, obtener cierto ‘prestigio’ deportivo y ganar determinados dividendo de nuestra práctica deportiva, los entrenamientos cambian, se convierten más profesionales, más exigentes… El elemento lúdico pasa a un segundo plano y aparecen unos elementos que antes no eran tan determinantes: la presión y la ansiedad.

Aumentamos el ritmo de los entrenamiento, añadimos elementos específicos como la alimentación y el entrenamiento mental, la preparación física específica y nos planteamos objetivos de resultados, en vez de rendimiento.

¿Cuál sería la situación ideal del jugador o jugadora de pádel? Para responder a esta pregunta necesitamos reflexionar sobre qué esperamos de la práctica del pádel. ¿Quieres mejorar para sentirte mejor, estar más sano y divertirte con los amigos los fines de semana? ¿Deseas subir en el ranking y obtener prestigio y premios en tu federación?

Según sean tus respuestas a estas preguntas, así será tu entrenamiento. Lo ideal, no existen recetas, dependerá de tu decisión, porque ‘Tú te entrenas, tú decides’.

Es muy probable que tus amigos, compañeros/as, tus padres, etc, intentarán ‘convencerte’ con sus argumentos… Pero recuerda que en la pista, el que va a entrenarse día a día, el que se esfuerza por superarse, el que tiene que vencer los obstáculos eres tú y solo tú.

Cuando compites y te encuentras en un momento importante del partido, en el que tienes que ‘cerrar’ el encuentro y comienzas a ‘dudar’… Sólo tú puedes dar respuesta.

Y recuerda… DIVIÉRTETE SIEMPRE jugando al pádel.

Fran Cintado.

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