“Las palmas de las manos se les han quedado rojas de aplaudir. Sólo 350 fueron los afortunados espectadores que pudimos ver un PARTIDAZO, así con mayúsculas, entre cuatro jugadores con el ‘escudo’ de Monte Carlo-International Sports. Luciano Soliverez-Agustín Tapia se llevaron un triunfo para enmarcar ante Lucas Campagnolo-Martín Di Nenno, que les permite acceder nada más y nada menos que al Cuadro Principal del torneo más antiguo del calendario mundial de pádel… el Master de Barcelona”. No te pierdas este gran artículo de Óscar Solé.

Padel World Press .- Debemos confesar que estábamos en la tribuna del emblemático Real Club de Polo de Barcelona con el ‘corazón partío’, como diría Alejandro Sanz. Sabíamos de antemano que tendríamos una pareja más del MCI Sports Team entre las 32 mejores duplas del Master catalán, pero sufríamos con cada punto y no parábamos de aplaudir con cada genialidad de estos cuatro grandes jugadores.

La pena fue el final, ese momento que desconcertó a todos cuando Di Nenno se acercó al banquillo de sus rivales para anunciarles que no continuarían por los calambres que impedían caminar a su compañero.

Y era lógico, porque en ese momento se cumplían 170 minutos de máxima intensidad, de dura batalla, de cambios constantes en un encuentro muy loco que se decidió con dos tie breaks y que marchaba con ventaja de 3-0 en el tercer set a favor de Tapia-Soliverez (6-7, 7-6 y 3-0).

Al comienzo del duelo, sobre las 16:00 horas, cuando el sol pegaba fuerte en la Ciudad Condal, éramos apenas 50 los espectadores. Pero poco a poco fueron llegando más y más aficionados hasta completarse el aforo. Los seguidores de distintas partes del planeta que nos escribían queriendo saber cómo iban, por dónde se podía ver, y los que estaban en la tribuna que se preguntaban… ¿Y quiénes son estos?

Se referían al legendario Lucho Soliverez y al ‘pollito’ Agustin Tapia, los representantes argentinos de la Fabrice Pastor Cup quienes, invitados por Monte Carlo International Sports, están viviendo una experiencia única al igual que los hermanos brasileños Lucas-Juliano Bergamini y los chilenos Mauricio Guerrero-Ignacio Lehyt.

Un auténtico partidazo…

Pero vamos a centrarnos en lo que fue este gran partido. Las apuestas estaban a favor de Campagnolo-Di Nenno, entre otros motivos porque llegaban más descansados a esta instancia tras haber disputado un solo partido mientras sus rivales llevaban cuatro duros choques en sus piernas.

Y así se vio en el inicio. Dos breaks de ventaja y 3-0 al primer descanso para Lucas y Martín. El joven Tapia le decía a Pablo Crosetti, su entrenador de toda la vida, que no le podía pegar, que sufría las secuelas de las anteriores batallas con una contractura muy fuerte en la zona abdominal.

Los nervios también pasaban factura a este joven catamarqueño de apenas 17 años que estaba viviendo un sueño. Pero a su lado tenía a ese ‘pequeño’ gran guerrero de 34 años que parece contar con un motor incorporado en sus eléctricas piernas. Nos referimos a Lucho Soliverez, 159 centímetros de pura calidad. Si no lo han visto jugar, les aconsejo que se acerquen al Real Club de Polo.

Lo cierto es que tras ese primer descanso volvieron a la pista y consiguieron cuatro juegos consecutivos para ponerse por delante 4-3. A nuestro lado, el experimentado Marcelo Capitani destacaba la fuerza mental de ambos porque físicamente “estaban muertos”.

Y con máxima paridad se llegó al tie break, que cayó del lado de la dupla argentino-brasileña.

Parecía un golpe muy duro de asumir para estos debutantes en tierras españolas… Nada más lejos de la realidad. Salieron con todo en el segundo set y se pusieron 3-0 también con dos breaks de ventaja. Salidas de pistas, recuperaciones imposibles, definiciones exquisitas y la gente que no se lo podía creer en las tribunas.

Pero llegó la reacción de Campagnolo-Di Nenno, que igualaron a 3. Otra vez la locura, nuevo break, bola set al resto que dejaron escapar Soliverez-Tapia en el noveno y la definición nuevamente en el tie break, esta vez para los argentinos.

Era justo, era lo que pedían y deseaban esos apasionados ‘locos’ del pádel que cada vez son más. Un solo set para definir quien tenía el honor de estar entre los 32 mejores del torneo.

Todo comenzó de cara para Lucho y Agustín. Ganaron su servicio, rompieron en el siguiente y consolidaron. De nuevo, un 3-0 en el marcador.

Nadie se movía de sus asientos. Los cuatro jugadores del siguiente turno calentaban por enésima vez… Y cuando todos esperaban el regreso a pista de los cuatro gladiadores vimos a Martín Di Nenno dirigirse al banquillo de sus rivales para felicitarles, mientras su compañero cubría su cabeza con una toalla mirando fijamente al suelo.

Los calambres de Campagnolo impidieron ese final que todos esperábamos sobre la alfombra azul, pero el espectáculo y la magia que habían desparramados durante casi tres horas era más que suficiente.

¡¡Gracias por el espectáculo!!

Óscar Solé

Partidazo: Soliverez-Tapia entre los mejores, por Óscar Solé

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