Padel World Press .- Continuamos con una entrega más de La Técnica del Pádel, nuestra sección dedicada a abordar aquellos aspectos clave de carácter técnico que influyen en el desarrollo de un partido. En definitiva, se trata de una completa selección de consejos y trucos con los que los aficionados al pádel podrán aprender a ser más eficientes en cada encuentro.

Tras detenernos en diferentes tipos de golpeo que serán muy importantes en nuestros encuentros, como el globo, clave en defensa, pasamos a la jugada más agresiva y determinante en ataque: el smash o remate de definición. A continuación, aprenderemos las claves para realizarlo de manera efectiva, de forma que nos ayude a conseguir puntos o ganar ventajas frente a nuestros rivales.

Cómo hacer un buen smash en pádel

El smash es un golpe de potencia que se utilizará para tratar de cerrar una jugada cuando estemos atacando. Hablamos de una acción compleja en la que, aunque no lo parezca, la técnica tiene mucha más importancia que la fuerza.

Para ser realizado con acierto se necesita contar con unas condiciones específicas en relación a la dirección y altura a la que nos venga la bola y a la posición que tengamos en el momento de recepción… Y es que es fundamental estar bien plantados. Por ejemplo, en el caso de estar retrocediendo no será una buena opción porque perderemos mucha precisión y correremos el riesgo de que se nos vaya la pelota.

En el caso de estar en la posición idónea, deberemos tener en cuenta una serie de aspectos técnicos referentes a su ejecución, en los que cobrará gran importancia la coordinación tanto en lo referente a la preparación del golpe como en el momento del impacto.

Nuestro cuerpo debe adoptar una posición concreta, situado de costado a la pelota, en línea a su trayectoria descendente y con los pies poco separados. En cuanto a los brazos, el que sostiene la pala tendrá que estar por detrás de la cabeza con el codo flexionado unos 90 grados y en línea con los hombros, mientras que el otro apuntará en dirección a la pelota, localizándola para el golpeo.

Con todo esto interiorizado, sólo queda llevar a cabo el movimiento para pegarle a la bola. Aquí, lo que tendremos que hacer es extender el brazo de golpeo hacia arriba y adelante, en dirección a la pelota y a la máxima velocidad que podamos, impulsándonos con las piernas hacía delante para darle una mayor potencia. La muñeca, que también tendrá un papel importante, deberá flexionarse hacia abajo, acompañando este movimiento.

El contacto de la pala con la pelota debe llevarse a cabo en el punto más alto y justo en la zona dulce de nuestra raqueta… Si no lo hacemos, es fácil que se nos pueda ir y no seamos todo lo precisos que necesitamos.

Por último, la dirección de nuestro golpe es recomendable que sea recta, buscando el fondo para que la bola vuelva a nuestro campo. Lo ideal es que regrese justo al lugar de donde ha salido ya que así será imparable en defensa. De esta manera, habríamos conseguido realizar el smash perfecto.

Sin embargo, hay más tipos de remate que el paralelo y utilizaremos uno u otro en función de la situación. Por ejemplo, se puede optar por el remate fuerte si queremos imprimirle una mayor aceleración, dejando caer la pelota algo más. También podemos efectuar un remate dirigido al pico, que irá con menor velocidad, pero en diagonal, buscando las paredes, con el objetivo de despistar a los rivales.

Para finalizar, deberemos saber también que el smash en ciertos casos podrá ser utilizado incluso como un arma defensiva, como respuesta a un globo que trata de llevarnos al fondo. En este caso, será un golpe forzado, poco preciso, por lo que habrá que hacerlo con poca velocidad y cruzado. Nos permitirá no perder la ventaja adquirida con anterioridad.

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