Padel World Press .- Una pala, algunas pelotas, ropa adecuada, una pista, un compañero y dos rivales. Es todo lo que necesitas para iniciarte en el mundo del pádel. No será una aventura complicada: empezar es fácil y divertido y podrás comprobar con rapidez cómo se producen avances. Se trata de un deporte que se disfruta desde la primera toma de contacto. La diversión y las buenas sensaciones llegan pronto: es relativamente fácil golpear la bola, empezar el peloteo e iniciar la aventura. La gran pregunta es: ¿Por qué comenzar?
No exige gran nivel físico
El pádel es un deporte abierto a todo tipo de públicos. Hombres, mujeres, mayores y pequeños. La práctica de esta disciplina no es demasiado exigente con el cuerpo al principio y es posible adaptar el juego a tu nivel de forma. La técnica va llegando poco a poco: Al principio perderemos muchas bolas pero no tardaremos en ir ajustando nuestros golpes. Además, sirve para que desarrollemos determinadas habilidades que mejorarán nuestra movilidad. Con la práctica del pádel, se desarrollan las capacidades psicomotrices y de coordinación, además de otras como la velocidad, agilidad, flexibilidad, etc. ¿Una buena idea? Ponerse en manos de profesionales cualificados, con lo que se evitarán vicios y fallos.
Ejercita varios grupos de músculos
Desde hombros a gemelos, pasando por isquiotiviales. El pádel es una disciplina muy completa muscularmente hablando. Mientras jugamos, activamos grandes grupos musculares gracias a acciones como golpear la pelota (reforzamos pectorales, deltoide, bíceps, tríceps…) o desplazarnos por la pista (cuádriceps, abductores…).
Sirve para perder peso
Como cualquier otra actividad física, la práctica del pádel activa el sistema metabólico y provoca pérdida de peso y la quema de grasa. Aunque no es un deporte aeróbico 100%, el movimiento continuo y los esfuerzos puntuales actúan como aliados en la lucha contra báscula. Solo hace falta practicarlo de manera continua. Cuenta con una gran ventaja: es ameno y dinámico.
Además de tonificar los músculos y que la probabilidad de lesión sea más baja que en otros deportes, el pádel mejora la coordinación de movimientos, la elasticidad y los reflejos. Se trata también de una actividad que requiere coordinación, habilidad y fuerza, por lo que a estos aspectos físicos hay que añadir la mejora de la agilidad mental. En lo que refiere a la salud, la práctica de este deporte ayuda a desconectar y reducir al estrés. Además, al tratarse de un ejercicio aeróbico mejora el sistema cardiovascular y reduce el riesgo de padecer alga enfermedad o dolencia de este tipo.
Deporte Explosivo
Una de las características principales que tiene este deporte es que se requiere de mucho trabajo de fuerza explosiva a lo largo de todo el encuentro tanto a nivel de tren superior, para realizar los golpeos, como a nivel de tren inferior, para llevar a cabo los desplazamientos, saltos…
Esta fuerza explosiva se define de forma general como la capacidad de poder generar altos niveles de fuerza en un breve período de tiempo y puede ser determinante para el rendimiento del jugador, ya que el desarrollo del choque conlleva acciones de este tipo de forma continuada.
Esta cantidad de impactos repetidos que se producen durante la práctica del pádel tiene una serie de efectos beneficiosos como pueden ser un aumento del trabajo de la fuerza, un aumento del consumo calórico o una mejora de los patrones coordinativos pero también tiene una serie de efectos que pueden ser, bajo ciertas condiciones, perjudiciales.
Cuando hablamos de los impactos que recibe el cuerpo, hay que tener en cuenta la magnitud que éstos tienen y la superficie sobre la que se aplican (no es lo mismo realizar un fuerte impacto sobre cemento poroso, césped artificial, pavimento sintético o madera). La magnitud viene determinada por la fuerza con la que se golpea contra el suelo que, de forma tradicional, se mide en ‘FUERZAS G’… A mayor fuerza de impacto, más Fuerzas G generadas. Se pueden llegar a tener impactos que generen una fuerza de 2 veces el peso corporal, 3 veces el peso corporal, 4… Y es el acumulo de estos impactos de carga elevada los que pueden suponer un perjuicio en el cuerpo a largo alcance si no se está bien preparado para recibirlos.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que no sólo afecta el hecho de recibir impactos de baja o alta magnitud, puesto que son muchos los impactos recibidos al cabo del día, y que pueden resultar incluso beneficiosos para la consolidación y estimulación ósea. No estamos hablando del mismo tipo de impactos que se producen por ejemplo al salir a correr, que son impactos constantes de baja intensidad; sino que hablamos de impactos más fuertes, que se producen al pivotar, frenar, golpear, aterrizar tras salto…
El factor de riesgo del que hablamos es el de recibir muchos impactos de gran magnitud de forma repetitiva a lo largo del tiempo, unido a una deficiente absorción por parte de los grupos musculares, que puede implicar una gran sobrecarga a nivel del tejido óseo, y derivar en problemas tales como una periostitis, mayor desgaste de cartílago, patología lumbar, edema óseo,…
Una de las características principales del pádel es que se requiere de mucho trabajo de fuerza explosiva.
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