Padel World Press .- Hace unas semanas comenzamos una nueva sección en Padel World Press en la que, gracias a la Federación Internacional de Pádel (FIP), nos adentramos en la historia, corta pero intensa, de este maravilloso deporte. En la primera entrega hablamos sobre el nacimiento de esta disciplina y su etapa de gestación y, en esta ocasión, nos sumergiremos en los primeros pasos en su camino hacia la expansión internacional.
Nos quedamos en la llegada a España del pádel de la mano del Príncipe Alfonso de Hohenlohe, íntimo amigo de Enrique Corcuera, considerado como uno de los ‘padres de este deporte’. Por las primeras pistas de España, construidas en el Hotel Marbella Club, empezaron a pasar numerosas celebridades de diferentes ámbitos y disciplinas, que participaron en los populares Torneos Pro-Am. Estas citas contaron con una repercusión social importante que, sin lugar a dudas, ayudó a expandir el pádel por el país tal y como ya comentamos en el artículo anterior.
A esta primera localización en tierras marbellíes se unió el que fue el primer club de la capital de España, Puerta de Hierro, que incorporó 5 nuevas pistas y se convirtió en un embrión de talento de cada vez mayor nivel. El director de la organización fue nada menos que Rafael Silvela, que poco después se terminaría convirtiendo en uno de los principales promotores de la FIP.
Este fue sólo un primer paso ya que, poco a poco, gracias a estos principios y favorecido por el tipo de turismo recibido en Marbella, el pádel empezó a expandirse por más países, llegando en 1969 a Argentina. Las primeras canchas del país sudamericano se construyeron en el Club Tortugas y en el Ocean Club de Mar del Plata, mientras que también se incorporaron pistas en Los Acantilados Tedy Pini, donde se construyó un Parador con una cancha, también en la Estancia La Biznaga de la familia Blaquier, en el Haras Vacación y en El Turf de la familia Menditeguy. De esta manera comenzó la práctica de un deporte que se expandiría entre los argentinos, aunque no fue hasta 1982 cuando el pádel comenzó a convertirse en un auténtico fenómeno social.
En la capital, Buenos Aires, se inauguró el San Juan Tenis Club, que incorporó entre sus instalaciones dos pistas de pádel que resultaron históricas para el lanzamiento del deporte en Argentina.
Fueron muchas las figuras relevantes que comenzaron a jugar al pádel y popularizarlo, lo que motivó que los medios especializados comenzasen a hacerse eco de esta actividad y, con ello, se provocó que muchos empresarios y deportistas de nivel empezasen a practicarlo, con lo que promovieron de esta manera su desarrollo. Como no podía ser de otra manera, eso se tradujo en la organización de eventos de nivel patrocinados por grandes marcas, que obtuvieron visibilidad nacional. Un paso fundamental para que el pádel se convirtiese en todo un fenómeno en el país que nos ha dejado algunos de los mejores jugadores de todos los tiempos.
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