Hace unos días, a través de sus redes sociales, pudimos comprobar como el jugador volvía a tocar la pala casi tres meses después de haber pasado por el quirófano. En Padel World Press quisimos saber cómo había vivido esos meses y, al hacerlo, descubrimos una historia tan sobrecogedora como emotiva… ¡¡Qué el propio Andoni ha querido compartir con todos nuestros lectores!!

Padel World Press .- Hace muchos años que hablar de Andoni Bardasco es hacerlo de uno de los jugadores más prometedores del pádel nacional. Desde que apenas era un niño, desde que comenzó a competir en este maravilloso deporte, el bilbaíno demostró que poseía unas cualidades innatas y que esas, unidas a su espíritu de trabajo y sacrificio, le convertían en un nombre a seguir muy de cerca.

Tras llegar al Circuito Profesional, las expectativas que se depositaron en él fueron muy altas pero, por alguna razón, los resultados no terminaban de llegar… Algo pasaba con Andoni. El chico de la eterna sonrisa, de los divertidos ‘vaciles’, de la osadía infinita parecía preocupado… Y ahora sabemos por qué.

No te pierdas esta historia, en la que el jugador de Star Vie nos resume su estrecha relación con una lesión que le ha acompañado desde hace varios años.

“Hola a todos:

Bueno, lo primero, dar las gracias a Óscar por interesarse por mi situación y por permitirme compartir lo que he vivido estos últimos meses.

Quizá para entender un poco la rápida decisión que tomé de operarme, hay que conocer un poco los antecedentes. Así que vamos con ello…

A los 17 años, tuve muchos dolores de espalda debido a una hernia de disco, por lo que aprendí a convivir con el dolor durante esa época. En aquel momento, estuve obligado a perder casi una temporada completa de competición pero, por suerte, con trabajo he podido curarme y hoy estoy 100% recuperado de dicha lesión. En aquel momento, al volver, sentí que había perdido terreno con respecto a otros jugadores. Ellos habían tenido unas horas de entrenamiento de las que yo no había podido disfrutar así que, después de eso, me estuve entrenando fuerte y con total normalidad durante unos años, en los que tuve las típicas molestias del día a día, pero que se pasaban rápido y no tenían mayor importancia… Hasta que en 2013 hubo una que vino para quedarse.

Todos los días, cuando empezaba a pelotear, en los primeros 3 o 4 raquetazos sentía algo en mi muñeca; pero era tan leve y se iba tan rápido que ni siquiera me llegué a plantear que fuera algo serio.

Ese dolorcillo me volvió en 2014 pero, como ya lo había vivido y había comprobado que no era algo de lo que preocuparse, no le di mayor importancia y seguí entrenándome con total normalidad… Unos meses después la cosa comenzó a complicarse, porque el dolor no se iba; al contrario, se volvía más intenso y dejó de desaparecer cuando ya había calentado la articulación. Fue entonces cuando antes de un torneo del Circuito WPT hice una visita a un conocido doctor para evitar males mayores.

El diagnóstico fue una pequeña tendinitis que estaba dando más guerra de la cuenta. Me puso una infiltración y me dijo que no tenía por qué volver a molestarme tanto. Con ese pinchazo, me desapareció el dolor y en mi cabeza di carpetazo al asunto.

Volví a jugar sin dolor durante un par de meses, hasta que en un torneo en Dubai me reaparecieron las dolencias. En el primer partido fue una leve molestia, a la que ni yo, ni los fisios del torneo, dimos mayor importancia. El segundo día me dolió más y tras una semana compitiendo se volvió insoportable. Tanto, que las semifinales fueron un suplicio… ¡¡Si hasta me caí suave y al poner la mano vi las estrellas!! No pude jugar el partido por el tercer y cuarto puesto al día siguiente.

La situación era más que preocupante. Me hice distintas pruebas pero el resultado era siempre el mismo. No se veía absolutamente nada. Durante este tiempo, no había parado de buscar soluciones; cambio de empuñadura, de peso, de balance en la pala, de tipo de entrenamiento… Pero nada funcionó.

Ahí fue cuando me dieron lo que parecía un primer diagnóstico coherente para la cadena de dolores que había tenido. Al parecer había una muy pequeña fisura en un hueso y había que descansar un tiempo para que se curase.

Tras parar esos meses, por desgracia para mí, el dolor había desaparecido y tenía una muñeca 100% funcional. Por lo tanto, retomé los entrenamientos y la competición. No fue fácil ya que había perdido todo el ritmo de juego y, por lo tanto, los resultados fueron bastante flojos. Aún así, y es algo por lo que siempre estaré agradecido, mi compañero y amigo Gonzalo Rubio siguió a mi lado y me ayudó a pasar por ese bache.

Desde ahí, llegamos a mayo de este año, sin problema alguno, entrenándome más duro que nunca, con un nuevo proyecto y muchas ilusiones por dejar atrás todo lo sucedido en 2014. Hasta que un sábado, quizá un domingo, me levanté por la mañana con ese dolor de nuevo. Volvía la tortura y volvía a cobrar fuerza la idea de una tendinitis… ¡¡Porque no era posible que aquel hueso que dejó hacía mucho de doler, siguiese dañado!!

Esta vez el dolor creció muy rápido. Teníamos esa misma semana la previa del torneo de Argentina y en el mismo encuentro me encontré con que no estaba en condiciones de competir… No tenía tacto y, sobre todo, tenía otra vez ese dolor que no me dejaba pensar en otra cosa que no fuese mi muñeca y en todo lo que me restaba de temporada. Volvían las pruebas y las visitas a los médicos… Y de nuevo, NADA.

Nada en las pruebas, sólo una pequeña inflamación en los tendones, que tuve que tratar (sin resultado) para poder seguir acudiendo a los torneos. Torneos a los que, ahora con distancia, veo que no tenía que haber acudido ya que realmente no tenía modo alguno de competir contra los rivales.

Probamos muchas cosas, pero nada funcionó… Por suerte, me recomendaron ir a visitar al Dr. Sanz, un especialista en muñeca que desde el primer día se volcó con mi caso. Fue él quien me dijo que, aunque las pruebas dijesen lo contrario, no era posible que mi muñeca estuviese bien. No era posible apareciese recurrentemente ese dolor.

La primera consulta fue larga. Discutimos mucho el caso y tuvimos unos cuantos quebraderos de cabeza. Él, quería entrar en mi muñeca y ver lo que había dentro de verdad. Yo, a esas alturas, estaba dispuesto a todo. Así que la pregunta que me hizo decidirme fue muy simple…

‘¿Andoni, tú puedes aguantar con ese dolor hasta final de temporada, para que entonces podamos hacer una artroscopia y reparar los pequeños daños que te están causando esto?’

No tuve ninguna duda. La respuesta era claramente ‘No’. No podía aguantar ni un día más en pista así. Dolía muchísimo y cada vez que cogía una pala para competir, sólo podía pensar en la cantidad de pelotas que quedaba para que el choque terminase.

Quizá los días con más dudas fueron los previos a la operación. Me preguntaba si era lo correcto, si saldría bien, qué encontrarían… Y lo peor: ¿Y si no encontraban nada? ¿Me seguiría doliendo?

La operación tenía que durar unos 45 minutos y yo esperaba despertarme con una venda en la mano. Me lleve una buena sorpresa cuando me dijeron que llevaba bastante más en quirófano y que habían encontrado dos ligamentos que habían tenido que suturar.

Lo más curioso de todo fue que al escuchar eso sentí alivio… Y es que, como he dicho, mi mayor miedo era que no encontrasen nada y que tuviese que seguir como hasta entonces… Aunque bueno… ¡¡Tampoco hacía falta tanto, jejeje!!

El primer mes fue duro. En esos momentos, se ve muy lejos el regreso a las pistas y es difícil sacar fuerzas para entrenarse. Pero bueno, tanto mi familia como novia y mis amigos me han demostrado mucho cariño y me han ayudado a no relajarme y a trabajar duro para conseguir lo que de verdad más quiero.

Desde que me lo han permitido, he estado entrenando físico muy duro con mi preparador (Carlos Cadarso) para mantenerme en forma y estar a tope lo pocos torneos que me queden  por jugar este año.

La fecha en la que voy a volver a jugar ha sido desde el primer día una incógnita… Pero parece que va todo muy bien y, a día de hoy, puedo decir que pronto estaré en la pista de World Pádel Tour compitiendo. El torneo exacto en el que lo haré no lo puedo asegurar. Trabajo cada día para volver lo antes posible pero sí que puedo decir que jugar el torneo que se va a celebrar en el País Vasco sería una tremenda ilusión. Haré tod lo posible para estar listo en esa fecha. Ahora mismo, me han asegurado que va a ser una cuestión de sensaciones y que sólo el tiempo dirá cuando estoy listo.

Me preguntas por mi nuevo compañero… Pero es algo que a día de hoy no sé ni yo. La primera persona con la que hablé el día que me dijeron que iba a volver pronto fue, por el compromiso que tenía con él para este año, con Nacho Gadea. Pero él me expresó su deseo de seguir jugando con Juan Cruz Belluati, así que tendré que ver con quién puedo formar la mejor pareja posible, tanto para lo que queda de 2015 como para 2016.

La verdad es que no es algo que me coma demasiado la cabeza. De momento, lo único en lo que pienso es en mejorar, en volver a jugar y en demostrar (y demostrarme) que puedo volver a jugar al nivel que tenía antes de la lesión para desde ahí, poder crecer como jugador.

Es un poco extensa, pero esta ha sido mi historia los últimos años. Ojalá dentro de un tiempo podamos acordarnos de ello y reírnos juntos, mientras tomamos una Estrella Damm después de mi partido.

De momento, sólo puedo dar las gracias a los que me han acompañado en este camino. Mis patrocinadores son fantásticos y me han ayudado mucho, por lo que espero devolverles pronto en las pistas todo lo que me han dado. Y como he dicho antes, mis padres, mi novia, mis amigos y hasta gente que no tendría por qué. Todos ellos han jugado también un papel muy importante en esto. Todos juntos hacemos un equipo, y espero que pronto me toque a mí darles alegrías.

¡¡Gracias!!

Andoni Bardasco”.

* Puedes seguir toda la actualidad del mundo del pádel en nuestros perfiles de Facebook y Twitter así como suscribirte a nuestra Newsletter diaria de noticias.