Llega la segunda parte de nuestra entrevista con el carismático jugador del Team Dunlop. En esta ocasión, nuestro compañero Daniel Gamarra nos ayudará a desvelar cómo conoció este deporte, cómo es su día a día, que le gusta hacer fuera de las pistas de pádel, cuáles son los recuerdos más bonitos que atesora gracias al pádel,…  

Padel World Press .- Tras conocer su valoración de la presente temporada, cómo está siendo su adaptación a la posición de drive, cómo vivió su etapa junto a Juan Martín Díaz o cómo es su relación con Miguel Lamperti, llega el momento de conocer la faceta más ‘personal’ del actual número 6 del mundo.

No te pierdas la segunda parte de esta entrevista, en la que podrás descubrir más de cerca a uno de los mejores jugadores del Circuito World Pádel Tour.

¿Cómo descubriste el pádel?

Descubrí el pádel en el año 1989-1990, en Bahía Blanca. Recuerdo que tanto mi hermano Diego como yo empezamos a jugar al pádel y nos metíamos en la pista cada vez que nuestros padres nos dejaban… Y si no nos dejaban, pues jugábamos en el pasillo del club.

¿A qué edad jugaste por primera vez?

Pues recuerdo que empecé a jugar cuando tenía unos 8 años más o menos. Lo hacía en un club que había en Bahía Blanca. Se llamaba Tie Break.

¿Qué fue lo que te animó a practicarlo?

Empezamos a jugar por ‘culpa’ de nuestros padres… Y es que a ellos les encantaba este deporte. Luego, un poco después, el pádel nos dio amigos y la oportunidad de tener algo divertido que hacer durante las tardes tras la salida del colegio.

¿Cómo fueron tus inicios deportivos en Bahía Blanca?

Mis primeros torneos de pádel los jugué con 9-10 años. Mi pareja era mi hermano Diego Mieres. Al no haber  muchos niños con los que jugar, siempre nos enfrentábamos a chicos mayores, por lo que nos solían ‘reventar a palos’, jajaja.

¿Cómo era tu vida en aquella época?

Era difícil, ya que por aquel entonces tener entrenador era un lujo, algo impensable… No se lo podía permitir casi nadie. Por esa razón, quedábamos con amigos que también jugaban al pádel (Miguel Lamperti o Gustavo Papuchi entre otros)  para entrenarnos. Solíamos hacer  cruzados. Recuerdo que nuestra  preparación física se basaba en partidos de futbol, era de locos jajaja. Los fines de semana los pasábamos jugando los Torneos Federados de Bahía Blanca y los Provinciales.

¿Qué hacías antes de descubrir el pádel?

Con 8 años jugaba al fútbol en el Olimpo de Bahía Blanca, el mejor equipo de Argentina, jajaja.

¿Cuáles han sido las personas que más han influido en tu vida deportiva?

En primer lugar, me gustaría nombrar a mi familia, a mi padre Alejandro  y a mi madre Liliana Mieres. Ellos han sido los responsables de que yo hoy día pueda dedicarme al pádel. Hicieron muchos esfuerzos en su día para que yo pudiera dedicarme a esto y, por esa razón, siempre les estaré agradecido. También me gustaría nombrar a mi hermano, Diego Mieres, quien siempre ha estado a mi lado apoyándome durante todos estos años de trayectoria deportiva. También tengo mucho que agradecer a mis ex compañeros, ya que de todos ellos he aprendido algo que me ha servido para crecer como persona y como jugador. Me gustaría nombrar especialmente a Gustavo Papuchi, (mi primer compañero de menores), Miguel Lamperti, Gustavo Pratto, Pitu Losada, Hernán Flores y Claudio Bobadilla.

¿Podrías contarnos alguna anécdota de tus primeros torneos en Argentina?

Sí… Sin duda, una de las mejores anécdotas me ocurrió con 14 años  en el Provincial del Necochea, en el que jugaba junto a Gustavo Papuchi. Mi compañero tenía un dolor agudo de pies ya que calzaba un 45 de pie y las zapatillas le estaban ajustadas, por esa razón se quitó las zapatillas y llegó a la pista descalzo. Enseguida llegó el padre de Matías Díaz, que era el responsable de los rivales (CEPAC), y le dijo a mi compañero que así no podía jugar, que no se podía jugar descalzo… Empezó una  fuerte discusión en la pista y lo peor fue que mi compañero Gustavo se salió con la suya, jugó descalzo y encima ganamos el partido.

¿Cómo fueron tus primeros meses  en España?

Llegué a España por primera vez en el año 2000. La idea fue de mi ex compañero Hernán Flores, que fue quien me propuso que viniera para jugar con él una serie de torneos que duraban 3 meses. Para mí España era espectacular. Por primera vez pude entrenarme y jugar torneos con bastante regularidad.  Una vez acabada la gira, Ramiro Choya me ofreció un trabajo de monitor en el Colegio Brains y lo acepte. Los primeros meses fueron duros ya que no encontraba apartamento y los papeles de residencia eran difíciles de conseguir. Sin embargo, tras un tiempo pude solventar esos problemas y asentarme en España. Por las mañanas trabajaba en el Brains  junto a Ramiro y por las tardes daba clase en el Club IberiaMart. Daba clase unas 10 horas al día… Acababa muerto. Así estuve  hasta el año 2004,  año en el que me llamó la Selección Española para formar parte de su equipo. En el año 2005 recibí la llamada de Pitu Losada para jugar con él y me consiguió  un par de sponsors que me dieron  la estabilidad económica que  necesitaba para poder dedicarme en exclusiva a entrenarme y competir.

¿Cuál es el recuerdo más bonito de tu carrera deportiva?

Me acuerdo con especial cariño del Open de Madrid del 2012 en la Caja Mágica, un torneo que gané junto a mi ex compañero Pablo Lima. También fue muy especial para mí el torneo del Rio Gallegos Open del año pasado, en el que recibí la visita de mi amigo Claudio Bobadilla. Se valora mucho que un amigo vaya a verte a un torneo. Es algo muy especial y se agradece mucho.

¿Cómo es un día fuera de las pistas para ti? ¿Qué te gusta hacer?

Mi día a día es muy rutinario. Por la mañana hago físico y pádel, después como y me echo un rato la siesta. Por la tarde voy al fisioterapeuta para recuperarme un poco y cuando salgo de allí me voy a ver a mis hijas. También soy muy aficionado a la pesca. Me gusta mucho y, cuando puedo, me escapo y voy a Extremadura a pescar.

¿Te imaginabas convertirte en el buque insignia de la marca Dunlop?

Cuando hablé con Dunlop  en mayo del 2007 y firmé mi primer contrato con ellos, me invadió una gran alegría. Dunlop es una marca muy seria y responsable. Me transmitieron mucha seguridad desde el principio. Siempre cumplen a rajatabla los contratos y tienen un producto muy bueno y fiable. Es una marca referencia en el tenis y, poco a poco, se han convertido en referencia en el pádel.

¿Tienes pensado estar ligado a ella durante toda tu trayectoria deportiva?

Sí, tengo pensado estar ligado a Dunlop el mayor tiempo posible. Me encantaría acabar mi carrera deportiva con ellos. Tenemos una relación muy buena y fluida y siempre me han tratado muy bien.

¿Podrías hablarnos un poco de la Dunlop Blast?  ¿Qué es lo que más te gusta de ella?

Lo que más me gusta de Dunlop es la goma que tiene. Destaca por su control y por su gran potencia. Mi pala, además, es muy resistente, por lo que estoy muy contento con ella.

Puedes repasar la primera parte de la entrevista haciendo click sobre este enlace.

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