Padel World Press .- Esas maravillosas pistas, con ese césped diferente que hace las delicias de los telespectadores, más las condiciones intrínsecas del indoor, conforman un microclima muy específico en el que los jugadores han aprendido a desenvolverse.

Las tácticas, los golpes, incluso la preparación física; el juego en general se ha adaptado a ese modelo de condiciones.

Cuando las variables cambian y nos vamos a pistas al aire libre… ¡¡Ay!! Todo cambia. Que si el sol, la humedad, el viento. Hasta la misma pista parece ser diferente.

Y en esa situación las sorpresas proliferan… Pero no debido a las peculiaridades de cada jugador, que también, sino en especial a la falta de costumbre a la adaptación.

Porque jugadores con características diferentes ya los había antes, pero estaban acostumbrados a competir en situaciones cambiantes, pues parte de su entrenamiento era la adaptación.

Es por ello que los más veteranos, porque en su día tuvieron esa mencionada capacidad de adaptación así como por la serenidad y aceptación de la realidad cambiante que dan los años, suelen tener ventaja sobre los más jóvenes.

A nivel personal, he de decir que soy muy fan del indoor. Como espectador, los grandes escenarios cubiertos son perfectos. ¡¡Ni calor, ni frio, ni sol, ni lluvia!! Pero añoro también mi época de jugador donde incluso teníamos torneos al aire libre en los que convivían pistas de muro y cristal.

Sin llegar a tanto, se agradece de vez en cuando la incertidumbre que provoca el outdoor. Aunque al final, al final, al final, los mejores siguen teniendo las mejores cualidades para la adaptación.

Veremos.

Javier Casadesús

Imagen: World Padel Tour

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