Padel World Press .- El pádel puede ser una de las disciplinas más practicadas durante cualquier verano. Por sus características, es un deporte en auge gracias a los múltiples beneficios que aporta a nuestro organismo. En la actualidad, se estima que son más de 3 millones de personas en nuestro país las que disfrutan de las excelencias que brinda el pádel.
Al ser un deporte aeróbico, ayuda a mejorar el sistema cardiovascular y reduce el riesgo de sufrir enfermedades relacionadas con el corazón, como infartos o insuficiencias cardíacas, porque contribuye ensanchar nuestras arterias y venas. Por su parte, también previene de desarrollar enfermedades como la diabetes o la osteoporosis y evita el envejecimiento de nuestro cuerpo de forma prematura. Se trata de una apuesta segura para disfrutar de la vida de forma saludable durante más tiempo.
El hecho de estar en movimiento permanente a lo largo de todo el partido contribuye a fortalecer y tonificar los músculos, en especial los glúteos y las piernas. El pádel, por lo tanto, es un deporte quema-grasas que ayuda a reducir los niveles de colesterol e incluso se pueden llegar a ‘consumir’ 400 calorías por encuentro. Este verano, luce un cuerpo 10 con la práctica de esta disciplina ya que te ayudará a perder esos kilos de más que se han cogido durante el invierno y a deslumbrar en la pista con unas piernas y unos glúteos perfectos.
Los desplazamientos que se realizan son dinámicos y cortos, por lo que se incrementa el desarrollo de habilidades relacionadas con la coordinación, la precisión y la habilidad. Eso contribuye a que se aumente la agilidad y la capacidad de reacción de los jugadores. El pádel se caracteriza por ser muy rápido, por tener que luchar cada punto… Y es que no habrá nada decidido hasta el final.
Es un deporte que no requiere grandes condiciones físicas así que todos sus practicantes pueden iniciarse en él de forma sencilla. Tras disputar varios choques, la mejoría resultará evidente y eso hará que el afán de superación personal sea una gran baza para querer progresar en cada golpe. De hecho, es tan divertido que engancha con mucha facilidad por lo que se convierte en un plan perfecto para pasar un rato entretenido con amigos o en pareja, en el que poder socializar y conocer gente nueva al mismo tiempo que cuidamos nuestro cuerpo.
Después de un compromiso siempre se tiene la excusa perfecta para poder tomar un refresco o una cerveza y comentar todas las jugadas: el famoso y ya imprescindible ‘tercer tiempo’.
En el día a día vivimos situaciones de estrés de forma continua por lo que un partido de pádel puede ayudar a que nos concentremos sólo en el juego y dejemos a un lado los problemas personales que nos acechan. Además, al practicar deporte, el cuerpo libera endorfinas, la conocida como hormona de la felicidad, que crean un estado de bienestar, mejoran el humor y producen una satisfacción general en el organismo.
Los jugadores amateurs disfrutarán con las divertidas ‘pachangas’ entre amigos o compañeros de trabajo pero, para aquellos que deseen mejorar su técnica, es recomendable asistir a clases. En las mismas se trabajará el perfeccionamiento en cuanto a golpes, colocación y juego.
Aspectos técnicos
Las condiciones climáticas también afectan a los cristales en verano. Con algo más de humedad, se vuelven más rápido y resbaladizos. Esto provoca que sean menos predecibles y la bola rebotará de forma diferente. Un consejo es tener en cuenta este factor para aprovecharnos de él. Y, con suerte, que los adversarios no lo hagan tanto.
Si el nivel de humedad es elevado, hay que tener cuidado con los golpes liftados… ¿Por qué? Muy sencillo: Porque el control se vuelve más complicado debido a que la superficie de la pala estará más resbaladiza. Por eso, se recomienda usar golpes más planos.
Con un alto grado de humedad no se debe abusar de los remates o smashs. A pesar de que en un principio partimos en una situación ventajosa, nos podemos quedar a mitad de camino y fallar la bola. Es difícil contener el impulso de pegador cuando una bola viene franca… Pero hay que tener en cuenta y estar mentalizado antes de entrar en la pista de que las condiciones no son propicias para ese tipo de juego.
Otra cosa que hay que tener clara al practicar pádel en verano: Si jugamos al nivel del mar y con cierta humedad, es muy posible que los encuentros tiendan a alargarse. De esta manera, será importante defender bien. Es fundamental ser ágiles a la hora de buscar un compañero y, en ese sentido, es preferible compartir cancha con un buen defensa.
Con el calor, las palas de pádel se vuelven más blandas. Partimos de una base lógica en la que los elementos climatológicos afectan a los materiales de fabricación de nuestra arma. Al igual que con el frío la sensación será de mayor dureza, con el calor será la contraria. De hecho, a partir de los 50º las propiedades de sus materiales pueden verse afectadas. En concreto, serían las gomas que conforman el corazón las que se verían afectadas. Como sucede con otros muchos materiales, con las altas temperaturas tenderán a dilatarse y, por lo tanto, a esponjarse aún más. Esto hará que el rebote de la pelota sea mucho mayor y, por lo tanto, el control disminuirá y aumentará la salida de la bola que, además, también se verá afectada por el calor aumentando la distancia recorrida tras el rebote.
Para evitar perder mucho control y cuidar de nuestro material, es aconsejable llevar nuestras palas en fundas o paleteros térmicos que mantendrán las condiciones óptimas para que puedan ser utilizadas durante el verano.
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