No hay mejor forma de finalizar un punto que hacerlo con un buen smash o remate de definición que imposibilite la devolución por parte del rival. En esta ocasión, el equipo de Oferta Pala Pádel nos desvelará cuáles son las claves para realizarlo de la manera correcta.
Padel World Press .- El remate es uno de los golpes más frecuentes y de más rentabilidad en el mundo del pádel. Su correcto uso permitirá ganar los puntos, minimizando las posibilidades de contraataque de los oponentes y aumentando las posibilidades de una victoria casi segura.
Este golpeo puede parecer sencillo pero requiere de una técnica muy específica para realizarlo a la perfección… Por lo general, en los primeros pasos de aprendizaje, los jugadores intentan este golpe esperando un éxito que pocas veces llega. Esto sucede porque la técnica no es aplicada correctamente, motivo por el cual el remate se irá a la pared o a la red, enfureciendo al jugador.
Para realizar el remate de la manera correcta es necesario prestar atención a unas nociones básicas, retenerlas en la memoria y practicarlas mucho. De este modo, la pegada irá cogiendo forma e irá trasmitiendo mejores sensaciones a tu juego.
En primer lugar, la posición es fundamental para que el remate llegue a buen puerto. El jugador debe posicionarse de costado, con las piernas abiertas, más o menos a la altura de los hombros. Cuando visualicemos la bola, el brazo de la pala subirá para realizar el remate mientras que el brazo que queda libre apuntará el lugar donde queremos golpear. El impacto se debe producir en la parte alta de la pala, con toda la potencia que se pueda imprimir… De este modo, la pelota saldrá como un misil hacia los rivales, haciendo muy difícil la devolución de la misma.
Por supuesto, según avanzamos en nuestro aprendizaje, nuestro estilo irá cogiendo forma y los remates, como cualquier otro golpe, podremos realizarlos como más nos convengan. En el caso del smash, también se puede variar con el objetivo de utilizarlo en diferentes etapas del partido.
Siempre en ataque, el remate es la pegada por excelencia en el pádel y, como otro tipo de golpeos, tiene sus variantes… Más potentes o liftados, desde la red o desde el fondo de la pista,… Cualquier momento es bueno para realizar este movimiento que aportará un plus de calidad a nuestro juego.
El más utilizado, y que todo el mundo conoce, es el smash de potencia. Es un tipo de remate que se realiza con el objetivo de finalizar el punto de la forma más eficaz, haciendo imposible el contraataque por parte de los oponentes. Está pegada se realiza desde arriba hacia abajo, imprimiendo toda la fuerza posible para que la bola coja la velocidad deseada.
Pero con el paso de los años, el smash ha ido evolucionando y adoptando nuevas formas de realizarlo. En ese sentido, nos encontramos con el smash de bandeja, un movimiento que permitirá devolver los globos que vengan de la parte de atrás de la pista, sin perder la posición de la red. Al ser un golpe más corto que el de potencia, podremos controlar mejor la velocidad de la salida de bola.
Por último, no podemos obviar el smash víbora. Una pegada compleja de realizar, sólo al alcance de jugadores de niveles altos. Combina los dos remates citados con anterioridad: la fuerza del smash de potencia con el movimiento de bandeja, imprimiendo más potencia, a la vez que la pelota coge un efecto inesperado para el rival.
Esta serie de golpes se pueden realizar con todo tipo de palas, pero es cierto que hay modelos que darán un gran servicio a un jugador que fundamenta su estilo en este tipo de golpeos. Hablamos de las ‘armas de potencia’, de formato diamante y balance alto, con un tacto duro para que la bola salga con más rapidez. Entre ellas, por poner sólo un ejemplo, podemos destacar la pala que utilizó Juan Martín Díaz la temporada pasada: la Drop Shot Conqueror 4.0.
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