Padel World Press .- El verano comienza y con él se plantea la duda de si jugar cubierto (indoor) y así evitar el sol, o al aire libre, lo que nos permitirá que disfrutemos del astro rey.

Son un boom que empezó hace unos ocho años, cuando aparecieron los primeros clubes indoor o cubiertos. Fueron pocos al principio, mientras el coste del alquiler o compra de las naves se correspondía con aquella etapa de la economía en la que, en apariencia, éramos un país rico. Pero llegó la crisis y, con ella, las naves vacías. Muchos vieron en el pádel una de las pocas actividades pujantes de la época, una forma de rentabilizar esos activos. Empezaron así a florecer una cantidad ingente de nuevos clubes que han modificado de forma sustancial la estructura de nuestro deporte.

Pero centrémonos en las diferencias de jugar en pistas indoor o al aire libre. Las pistas a cubierto ofrecen una ventaja fundamental: no se depende de las inclemencias meteorológicas. No sólo de la lluvia sino también del viento, para mí, este último más molesto en muchas ocasiones que la lluvia si ésta no es abundante.

Este aspecto es muy importante cuando hablamos de la disputa de torneos. Las competiciones se encadenan semana tras semana y, en algunas de ellas, es casi imposible retrasarlas. Otra ventaja importante es la ausencia de humedad en los cristales aunque muchos practicantes parecen haberse acostumbrado a jugar con los cristales húmedos, lo cual me resulta sorprendente… El juego con cristales secos es infinitamente más divertido.

Principales diferencias

Las diferencias son sensibles entre jugar en unas pistas u otras. Cada jugador puede tener sus preferencias y elegir disputar sus amistosos en el club donde se encuentre más cómodo, más a gusto… Pero cuando toca competir por equipos, o en ciertas competiciones organizadas por las diferentes Federaciones Autonómicas, Nacionales o por clubes privados, ahí ya no existe la posibilidad de elegir y nos toca lidiar con las condiciones que hay y competir con nuestra pala.

En los clubes cubiertos, un factor fundamental es la altura del techo, que nos puede condicionar en gran medida los globos altos e incluso las contraparedes cuando nos encontramos con techos bajos. Cuando jugamos al exterior aún hay más factores externos que influyen en el juego como son la existencia/ausencia de sol/sombra, viento/no viento, humedad/no humedad.

Por eso, si jugamos cubierto debemos de fijarnos principalmente en la altura de su techo para realizar globos altos y contraparedes.

El no soportar todos los problemas de la climatología invernal, sobre todo en las pistas de hierba artificial, suele hacer que las indoor estén en mucho mejor estado que las no cubiertas, sobre todo en lo que se refiere al suelo, la red y las mallas (en caso de tenerlas). Por supuesto, esto depende de cada cancha pero, por lo general, las indoor están mejor en cuanto a mantenimiento.

Por el contrario, si jugamos al descubierto, el factor más concluyente será el viento, que determinará nuestro juego en cuanto a dirección y altura de los globos así como a la ejecución de los distintos remates por alto (remate trayéndola a nuestro campo, remate por 3por 4, bandeja o víbora)

Las pistas al aire libre suelen verse en urbanizaciones privadas, en polideportivos municipales o en colegios. Lo normal es que estas canchas sean más baratas que las indoor, construidas solo para su alquiler y que se aprovechan bastante de la gran demanda que existe hoy en día para jugar al pádel. Por eso, los aficionados pueden ahorrarse un dinerillo si no les importa jugar en esas pistas.

Por supuesto, depende de la época del año pero no hay nada como echar un partido de pádel una noche fresca de verano o en una mañana de primavera, con el solecito dándote en la cara y al aire libre. Mientras las condiciones del tiempo no sean extremas, estas pistas siempre suelen ser las favoritas.

También tendremos que tener en cuenta en qué lado del campo nos toca competir en cada juego para poder jugar estratégicamente de una forma u otra con el viento (si lo tenemos a favor o en contra o si sopla lateralmente) y, en el caso de que luzca el sol, para saber si estará de cara a nosotros o de cara a nuestros rivales. Cuando ha llovido o hace humedad también cambia el juego, ralentizándose la velocidad de la pelota y dificultando la defensa en paredes.

Al margen de las disquisiciones anteriores, parece que la batalla la están ganando las pistas cubiertas pero en ningún caso creo que se deba a la propia bondad del juego en dichas pistas en comparación con las outdoor que, finalmente, vistos pros y contras, depende del gusto de cada uno.

La ventaja se produce debido a que la mayoría de instalaciones outdoor son empresas con ánimo de lucro y su gestión dista mucho de la gestión tradicional de clubes de socios, donde en muchas ocasiones el resultado de la cuenta de explotación no es el único objetivo. Esto provoca que los clubes indoor sean mucho más agresivos en sus políticas de captación de jugadores.

Juan Villar

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