Padel World Press .- Hoy en día en el pádel, al ser aún un deporte joven, podemos ver como varias parejas comparten entrenador. Un hecho que resulta beneficioso en muchos casos, pero que no lo es tanto cuando el destino quiere que dichas parejas se enfrenten en partido oficial.
Horacio Álvarez Clementi, técnico que dirige a en la actualidad, entre otros, a Fernando Belasteguín-Pablo Lima, aseguró: “Cuando se hace el sorteo y vemos que a dos de mis parejas les toca enfrentarse, esa semana les entreno por separado. Yo ya tengo hablado con ellos de antemano lo que haré si pasa esa situación. Lo normal es que el técnico no se siente durante el partido”.
Álvarez Clementi reconoció que ese encuentro lo vive de forma neutra y que una vez acabado se junta con las dos duplas para hacer un análisis del choque. “Son jugadores que no siempre han tenido coach en pista, aunque creo que les viene muy bien para que les hagan una lectura de lo que está pasando y les ayuden a cambiar la estrategia si las cosas no van bien, pero en un partido entre dos parejas mías, ninguna cuenta con ello”.
Una línea similar es la que marcó Ramiro Choya, entrenador que en el momento de escribir este artículo estaba al frente de la dupla formada por Paquito Navarro-Sanyo Gutiérrez. “Lo normal es que el técnico se quede fuera y se mantenga lo más neutro posible. No es justo que te vuelques más con una u otra pareja”.
El técnico de los número 2 del mundo, añadió que “ese duelo se vive mal desde la grada, ya que uno gana y otro pierde. Te cuesta porque son cuatro jugadores con los que trabajas y tienes cariño. Duele que con lo grande que es el cuadro tengan la mala suerte de que deban enfrentarse. No es nada agradable”.
Este es un hecho que en la actualidad Choya no tiene que vivir, aunque sí lo hizo en un pasado muy reciente. Ahora sólo lleva como dupla a Tito Allemandi-Fede Quiles, mientras que también entrena a jugadores sueltos como Peter Alonso o Sergio Alba.
Este ejemplo no sólo lo sufren Álvarez Clementi y Choya, sino que es algo a lo que también han tenido o hacen frente otros entrenadores como Leo Padovani, Severino Iezzi o Gustavo Pratto, entre otros.
Esa es, sin duda, la parte más negativa a la hora de compartir entrenador, pero como bien reconoce Álvarez Clementi, también existen muchas cosas buenas: “Lo positivo de trabajar con varias parejas es que durante los entrenamientos se pueden aprovechar las virtudes de unos y de otros, ser más competitivos y crear un buen núcleo de trabajo”.
El técnico afirmó que entrenar todo el año sólo a una pareja podría hacérsele muy pesado, ya que trabajando con varias se pueden hacer más cosas, además de intercambiar a los jugadores a la hora de echar un partido amistoso de un set y probar nuevas cosas, para que así no se haga tan monótono.
Otro beneficio para las parejas que comparten entrenador es la reducción de gastos. “En la actualidad, nuestra profesión no permite que los jugadores puedan solventar los honorarios de un entrenador de forma exclusiva, salvo algunos casos en concreto. En mi caso prorrateo los gastos entre mis parejas y así les sale más económico”, matizó.
El hecho de que varias duplas compartan el mismo entrenador podría dejar de darse según el pádel se vaya haciendo mayor. “Está claro que según vaya creciendo más y se vayan incrementando los premios, sobre todo las parejas de arroba, exijan tener su entrenador de forma exclusiva”, apuntó Choya.
Pese a ello, Álvarez Clementi manifestó que a él le gustaría llevar un grupo de competición para así poder planear jornadas de trabajo distintas. “Llevo a muchos chicos que juegan las Previas y luego se ponen como sparring de mis parejas. Trabajar con varios te da una serie de ventajas a la hora de preparar las rutinas y los entrenamientos diarios”.
¿Qué pasa cuando una pareja se rompe?
Que el pádel sea un deporte en pareja pone en otra tesitura al entrenador, ya que cuando una pareja deja de trabajar junta, ¿con quién se va el entrenador?, ¿sigue con alguno de ellos, busca nueva pareja?…. “Es un tema muy abierto, tiene mil variables a la hora de lo que puede suceder”, confirmó Choya.
En sus declaraciones, aseveró: “Cuando una pareja se rompe, lo primero que hay que ver es si alguno de los dos quiere que continúes trabajando con él, ya, desde ahí, hay que ver la dupla que se forma, si es o no de la misma ciudad, si tiene entrenador desde hace mucho tiempo…”.
Este caso es que va a vivir a final de año Álvarez Clementi, ya que ninguna de las dos parejas que lleva en la actualidad va a continuar. Moyano y Maxi dejarán de jugar juntos para continuar su aventura con nuevas parejas. El primero formará dupla con Martín Díaz mientras que el segundo competirá al lado de Agustín Gómez Silingo. “El jugador al que dejan y busca nueva pareja, si éste ya tiene entrenador, lo lógico es que siga él. Eso es lo que se podría dar en el caso de la pareja de Maxi y Silingo. Respecto a Moyano aún tampoco sé nada, por lo que podría darse la situación de quedarme sin ninguna pareja a la que entrenar”.
Bela y Martín Díaz, los pioneros
Fueron Juan Martín Díaz y Fernando Belasteguín los primeros en hacer que un técnico profesional les acompañara en los torneos. Hoy esa figura es habitual. Incluso muchas de las parejas que están en la élite cuentan con un cuerpo técnico formado por entrenador y preparador físico. En algunos casos, en duplas que ocupan los puestos altos del Ranking, también cuentan con otro tipo de profesionales, como psicólogos o fisios.
Ramiro Choya explicó: “Nosotros, para lo que es el previo, el partido y el postpartido, contamos con un equipo multidisciplinar, encabezado por un psicólogo, que se llama Juan Cañadas, que nos ayuda muchísimo”.
Habría que destacar que el trabajo que se ha hecho con la pareja de Paquito Navarro y Sanyo Gutiérrez es muy bueno… Y es que en su primera temporada como compañeros han estado en numerosas finales y han ganado tres títulos, entre ellos el Estrella Damm Másters Finals: “La adaptación de la pareja ha sido buena, tanto a nivel técnico-táctico, como a nivel emocional. Después de este primer año de trabajo juntos creo que podemos seguir creciendo”.
Aunque muchos de los profesionales del pádel esperaban un buen rendimiento, lo cierto es que existían dudas sobre el fuerte carácter de ambos, que les podría haber hecho chocar si los resultados no hubiesen sido los esperados. “Es cierto. Son dos jugadores muy acostumbrados a tener al lado parejas que juegan un poco para ellos, por decirlo de esta manera. Trabajamos mucho este aspecto y el psicólogo de nuestro equipo nos ayudó mucho. Además, ellos fuera de la pista tienen una relación buenísima, lo cual siempre ayuda”.
Lo cierto es que el pádel, pese a ser un deporte relativamente joven, cada vez se hace más profesional y, por eso, en un futuro no muy lejano los equipos de trabajo de los jugadores aumentarán de forma considerable… Será raro ver a las mejores parejas compartir entrenador o viajar en su equipo de trabajo sin un fisio, un psicólogo o incluso su propio jefe de prensa. Tiempo al tiempo, pero todo llega.
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