Padel World Press .- Y ante la situación descrita en la entradilla de este artículo, uno se pregunta: ¿Qué se consigue con ese efecto cortado? Lo cierto es que tengo respuesta: En la mayoría de los casos, ganar efecto a costa de la principal cualidad que debe tener un golpe de ataque (con todas las excepciones que uno quiera por supuesto)… Y esa no es otra que la velocidad.
Veamos. Con toda probabilidad, lo que un jugador pretende al cortar la pelota es conseguir que, tras el rebote en una pared, aquella caiga. Pues bien, una bola veloz y profunda, además del poco tiempo de respuesta que otorga al rival, cae mucho más que un golpe cortado que no avanza… Y la explicación es muy sencilla: En los golpes cortados la energía la hemos malgastado en dar rotación sin avance. Como es una consecuencia lógica, con este tipo de golpeos en los que la bola rota pero no avanza, se pierde la poca mordiente que llevan al contacto con el césped.
Por poner un símil, el efecto cortado es como la mantequilla en el desayuno. Si no dispones previamente de unas buenas tostadas (un golpe veloz), no sirve de nada.
El problema radica en que añadir ese efecto reduciendo al mínimo la pérdida de velocidad es harto difícil, y sólo se logra con una técnica muy depurada.
Así que la solución será practicar y practicar para conseguir que la pelota caiga tras el rebote y no se pierda velocidad por el camino.
Imagen: World Padel Tour
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