Padel World Press .- La psicología deportiva no sólo se debe enmarcar en el ámbito de la optimización del rendimiento del deportista… También tiene bastante importancia en lo que respecta a su aplicación en la docencia deportiva y, en este caso en concreto, en las clases de pádel.
En las clases de pádel hay muchos aspectos que tienen que ver con el campo psicológico. Entre ellos, podemos destacar los siguientes:
- La comunicación.
- El refuerzo.
- La motivación.
- La concentración.
- La práctica imaginada.
Si nos referimos a la comunicación, sabemos que en las clases de pádel se establece una interacción entre alumno y monitor que, por lo general, se basa en la utilización del lenguaje verbal y no verbal. Por Lenguaje Verbal entendemos todo lo que el monitor hace llegar a sus alumnos por medio de las palabras mientras que el Lenguaje No Verbal se encargaría de transmitir la información a través de signos, señales, demostraciones, gestos, etc.
El dominio tanto del lenguaje verbal como del no verbal distingue a los mejores monitores y entrenadores, haciendo que su trabajo tenga una mayor calidad docente. Si al explicar los ejercicios o los golpes nuestro lenguaje no es lo suficientemente claro, la descodificación por parte del alumno puede resultar errónea. Es por ello por lo que no sólo es importante la codificación del mensaje por parte del monitor, si no la habilidad para que éste llegue de la manera más tangible y sencilla a su pupilo. Pero el mensaje sería incompleto si sólo se utiliza el lenguaje no verbal, así que resulta imprescindible completar esta información con gestos, señales y demostraciones que conseguirán que el alumno descifre a la perfección el mensaje que su monitor de pádel le hace llegar.
En este sentido, digamos que hay investigaciones que corroboran que más del 70% de la información que se emite en una clase de cualquier actividad física es de naturaleza no verbal, y es que, sólo así, la información verbal podrá tener el sentido que optimice cada mensaje.
Siguiendo con el tema ‘Comunicación en una clase de pádel’, resulta muy relevante la manera que cada monitor tiene de corregir a sus alumnos. Hay monitores que corrigen los errores de una manera directa, haciendo ver a sus alumnos lo que hacen mal. En cambio, hay otros monitores que transmiten una información positiva al alumno sobre dicho error, es decir, corrigen diciendo al alumno lo que debe hacer. Vamos a poner un ejemplo de esto, fíjense en estas dos frases:
“No golpees la bola tan atrás”.
“Trata de golpear la bola más adelante”.
¿Qué diferencias veis entre una y otra? Aunque la corrección es la misma o, mejor dicho, aunque el mensaje trata de conseguir una misma mejora en el golpe del alumno, la diferencia entre un mensaje y otro es que el primero alude a lo que el alumno está haciendo mal (golpear la bola retrasada) y, en cambio, el segundo mensaje se está refiriendo a lo que el alumno debería hacer (golpear la bola delante del cuerpo). Es evidente que es mucho más positivo corregir de ésta última manera… ¿Por qué? Pues porque en este mensaje le estamos dando al alumno la solución a su problema mientras que, en el primer ejemplo, lo que le hacemos llegar es, simplemente, lo que está haciendo mal. Hay una gran diferencia.
A nivel psicológico, analizamos mejor la información de naturaleza positiva. Nuestro cerebro procesa de manera más adecuada los mensajes que le ofrecen soluciones y no tanto aquellos que transmiten problemas o acciones mal ejecutadas.
El refuerzo, por tanto, es una herramienta pedagógica que, tanto en las clases de pádel con niños como con adultos, resulta imprescindible si queremos que nuestros alumnos se sientan emocionalmente satisfechos durante su aprendizaje. Hay que hacer llegar al alumno un Feedback positivo cuando consigue hacer bien un golpe, un ejercicio o, en el caso de los más jóvenes, simplemente cuando la actitud es buena. Para cualquier alumno, el mejor premio a su evolución técnica o actitud en clase es el reconocimiento por parte del monitor.
Si hablamos de motivación nos referimos sobre todo a los objetivos o metas que el alumno tiene a la hora de practicar su deporte. En este caso, y por parte del monitor, es importante proponer a los alumnos objetivos pero éstos no deben ser de resultados si no, más bien, de rendimiento.
Los objetivos de rendimiento son aquellos que dependen al 100% del propio deportista y son, por tanto, controlables en todo momento por el propio individuo. Algunos ejemplos de objetivos de rendimiento podrían ser los siguientes:
- Mejorar un determinado golpe.
- Tener una buena actitud tras los errores propios o del compañero/a.
- Mejorar el apartado físico.
- Calentar, al menos 5 minutos, antes de las clases y competiciones que dispute.
- Estirar después de las clases o competiciones.
Como vemos, son múltiples los objetivos de rendimiento que se le pueden proponer a un alumno, sea cual sea su nivel. La consecución de estos objetivos repercutirá de manera directa en una mejora del rendimiento y eso provocará, en la mayoría de los casos, mejores resultados si es que el alumno está compitiendo.
Si hablamos de concentración, podemos decir que es otra habilidad psicológica que resulta importantísima si queremos sacar el máximo de cada alumno en nuestras clases de pádel. Tenemos que conseguir captar su atención durante el tiempo que dura cada sesión aprendizaje. Hay algunas herramientas que nos pueden ayudar para conseguir este propósito, por ejemplo, la utilización de señales.
Cuando tenemos material como conos, setas de colores, cintas, aros, etc, está comprobado que el alumno capta mejor el objetivo de cada ejercicio aumentando, de esta manera, su capacidad atencional.
Otra herramienta que podemos utilizar en las clases de pádel para que la atención del alumno mejore es el hecho de corregir golpes o situaciones en parado, es decir, tratar de acercarse al alumno y explicarle, en reposo, lo que pretendemos que mejore. En demasiadas ocasiones los monitores de pádel corrigen situaciones mientras sus alumnos están en movimiento… Esto hace que la información no se descodifique de una manera clara, que haya interferencias en el mensaje. Por este motivo, es interesante que, de vez en cuando, las correcciones se lleven a cabo con el alumno en posición de reposo y sin la red por medio. Eso facilitará la comprensión y descodificación óptima del mensaje que el monitor le quiere hacer llegar.
Por último, la utilización de la práctica imaginada puede ayudar de una forma considerable a mejorar golpes y situaciones a los alumnos. El hecho de visualizar las situaciones que se quieren mejorar ayuda a la consolidación de los gestos deportivos y van a conseguir que se interioricen de manera definitiva. Tan sólo necesitamos un poco de tiempo cada día para conseguir estos efectos.
Como vemos, son muchos los factores psicológicos que intervienen en las clases de pádel. Si queremos ser unos buenos profesionales de la enseñanza de este deporte deberíamos tenerlos en cuenta para que nuestras clases tengan una mayor dosis de calidad. Por otro lado, los alumnos más jóvenes también requieren una dedicación pedagógica adecuada más allá de la información puramente técnica.
Óscar Lorenzo García
Twitter: OLorenzoRMarca
Email: [email protected]
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