“Dicen que la renovación es una virtud en las organizaciones. Nunca lo he creído si no viene acompañada de una mejora en las acciones emprendidas por los nuevos gestores”. No te pierdas estas grandes reflexiones de Javier Casadesús, quien nos habla sobre el ‘relevo’ al frente de la FEP.

Padel World Press .- La Federación Española de Pádel escogió el pasado sábado 23 de julio a un nuevo presidente, el Sr. Alfredo Garbisu, que sucedió en el cargo al Sr. Miguel Medina, quien la presidió durante los últimos 17 años. De él y de su equipo, tanto los compañeros de Junta Directiva como los profesionales de la casa, dependerá que la renovación sea en este caso una virtud o no.

La FEP nació y creció en sus primeros años en una época donde no existían las Federaciones Autonómicas ni los Circuitos profesionales (por lo menos en España). Una época en donde la FIP, Federación Internacional de Pádel, sólo era un apéndice de las Federaciones Argentina y Española.

Lógicamente, en esos primeros años la FEP ejerció un papel exclusivo en la organización del pádel nacional y de liderazgo en la FIP. Desde la emisión de todas las licencias, hasta la organización de todos los Campeonatos tanto Profesionales (por llamar de alguna manera a los mejores torneos de la época), como de Menores, pasando por la organización de la docencia.

Con estos precedentes es lógico pensar que la FEP adquirió tics, que si bien no se pueden calificar de autoritarios, necesariamente nacían de la no colaboración con el resto de unas instituciones no existentes. Si no hay interlocutores, no hay con quien negociar.

España es un estado descentralizado y el deporte no escapa a esa realidad. Es por ello que, con el tiempo, las incipientes federaciones territoriales fueron creciendo y asumiendo unas competencias que antes recaían en la FEP. La FEP incluso dejó de emitir licencias en esos territorios (hasta el día de hoy, donde sólo hay una Comunidad que todavía no lo hace).

España pertenece también a una zona capitalista, donde la iniciativa privada convive con las instituciones públicas o que desempeñan una función pública. Con el crecimiento del pádel, algunas empresas vieron una oportunidad de negocio y se lanzaron a la organización de Circuitos de No Federados. Algunas fueron más allá y lograron hacerse con el monopolio del Pádel Profesional.

La FIP pasó de unos pocos países a cerca de 20. Además, esos países quisieron asumir un papel más significativo en el devenir del pádel mundial.

¿Y la FEP? ¿Cómo debió, debe y deberá reaccionar ante este entorno? Pues como no puede ser de otra manera, negociando con los actores que le acompañan en la organización del pádel español y mundial.

La FEP debe negociar con el World Pádel Tour, organizador del Circuito Profesional, desde la asunción de que es WPT el propietario del ‘Circo Profesional’. Debe también negociar con los jugadores, algunos de ellos ya profesionales.

La FEP debe negociar con las Federaciones Autonómicas, ya que éstas son entidades independientes a las que la ley les otorga el ordenamiento del pádel en cada uno de sus territorios, y que se integran, esto es fundamental entenderlo, de manera voluntaria en la FEP.

La FEP debe negociar desde la humildad con la FIP, ya que es a ésta a quien corresponde la organización del pádel mundial.

Pero no debemos pensar que el papel de la FEP tiene que ser marginal. La FEP tiene unas atribuciones (como por ejemplo la organización de los Campeonatos de España, las Selecciones Españolas o la representación del pádel español) que la convierten en la institución con más poder en el pádel mundial en la actualidad… Pero debe entender que su fuerza reside en la relación que tenga con el resto de actores.

Así, la aspiración de la FEP debe ser la de liderar la FIP (como no puede ser de otra forma siendo el país con un número de licencias y practicantes muy superior al resto juntos), ordenar y liderar el pádel español y las relaciones entre federaciones autonómicas. Y ayudar a World Pádel Tour en su expansión y consolidación, siempre, eso sí, desde el papel que le atribuyen nuestras leyes que no es otro que el de ordenar el pádel, sea éste profesional o amateur.

La renovación será positiva en la FEP si el Sr. Alfredo Garbisu y sus colaboradores son capaces de convertir este nuevo panorama en una fortaleza, reafirmando a la Federación Española como una institución central, que sepa asumir su papel, a veces de liderazgo y otras de acompañante, pero siempre fundamental.

Ello lo podrá llevar a cabo con la ayuda de las 16 Federaciones Autonómicas que lo han aupado a la presidencia y, con toda seguridad, también con las 2 restantes que una vez concluido el proceso han de jugar un papel tan importante como el resto.

Javier Casadesús

@JavierCasadesus

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