Es uno de los nombres propios de este deporte. Es una de las jugadoras en las que se centran las miradas de todos los aficionados. Apenas es una niña pero, para muchos, encarna el futuro a corto y largo plazo del pádel femenino… Ejemplo de talento y de madurez, la madrileña quiere seguir con los pies en el suelo y no dejarse atrapar por la presión, por la fama incipiente ni por los continuos elogios que no para de recibir.

Padel World Press .- Sólo tenía 6 añitos cuando cogió una pala por primera vez. Fue en un Curso de Verano, en un club muy cerca de su colegio, y al que su padre, Máximo Ortega, decidió apuntarle para que tuviese contacto con el deporte. Lo que era una excusa para que compartiese tiempo con otros niños terminó siendo algo más: y es que para nadie pasó desapercibida que la pequeña Martita tenía un don especial.

En unas declaraciones a los responsables del Circuito de Menores, la propia jugadora recordó: “Mi padre decidió apuntarme a ese curso porque pensó que me gustaría. Él ya jugaba al pádel y antes había practicado tenis, por eso pensó que este nuevo deporte era más apropiado para la edad que tenía. Probé, me enganchó y hasta hoy. Al principio sólo era una actividad deportiva más. Fue más adelante, con 10 años, cuando empecé a competir y a seguir el Circuito de Menores”.

Desde ese preciso instante, la relación de Marta con nuestro deporte no ha parado de intensificarse y, hoy en día, está considerada como una de las más firmes promesas del pádel nacional. Con un palmarés envidiable, ya entre las mejores duplas del Circuito Profesional y con un potencial tremendo, prefiere ir paso a paso, sin querer pensar en retos y objetivos a largo plazo: “Todavía no soy muy consciente de tener un futuro, no lo veo. Lo que si tengo claro es que me gustaría, si fuera posible, estar ahí arriba. Con esa intención me estoy preparando y lucho por aprender algo en cada uno de mis entrenamientos y en cada uno de mis partidos. Intento jugar cada día mejor”.

Esa es la filosofía que ha aprendido de algunos de los jugadores profesionales a los que admira. “Como referentes, podría señalar a Fernando Belasteguín y Juan Martín Díaz o a Carolina Navarro y Ceci. Mantenerse tanto tiempo como los numero 1 es de ser excepcionales y eso es admirable”.

Carismática, humilde, divertida y muy sencilla, Martita es de esas personas que desprenden un aura especial tanto dentro como fuera de las pistas. Esos son algunos de los valores por los que una marca del prestigio de Adidas se decidió confiar en su juego y en su personalidad. “Esa confianza es un orgullo y una responsabilidad enorme. El apoyo de Adidas es muy importante para mí. Tener una marca con su prestigio y su profesionalidad detrás de ti supone un valor añadido y, desde luego, yo haré todo lo posible por demostrarles que han acertado al apostar por mí”.

Así es Marta… All in for pádel.

Marta Ortega, el coraje de una campeona

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